El yoga Iyengar es un tipo de yoga que puede practicar cualquiera.

Su práctica regular aumenta la flexibilidad, la fuerza y la resistencia, mejora la postura y la concentración, y tranquiliza la mente para promover el bienestar.

La técnica de yoga Iyengar acentúa la precisión y la alineación. La calidad del movimiento prioriza sobre la cantidad. Se aprende a mover con facilidad el cuerpo mientras se trabaja dentro de las limitaciones de cada uno. Esto hace que realizar estas posturas de yoga (asanas de yoga) sea algo seguro y sin riesgo físico.
Las posturas de yoga se mantienen más tiempo que en otros estilos, para alargar y relajar los músculos tensos, y para ayudar a centrar la conciencia. Se utilizan apoyos de yoga tales como mantas, bloques y cinturones, que se pueden usar para mejorar la comprensión de las poses o para ayudar si se tiene alguna dificultad.

Cada grupo de posturas desarrolla el cuerpo de manera diferentes, y sin embargo recíproca. Tiene, además, diferentes cualidades: conectar a la tierra, energizar, fortalecer, estimular, calmar.
La práctica es progresiva, construyendo una base estable antes de intentar un trabajo más exigente. Los principiantes comienzan con posturas de yoga en pie y se introducen poco a poco a una gama más amplia posturas sedentes, torsiones, supinas y pronas, inversiones, equilibrios, extensiones de la columna, saltos, relajación y descanso.

Las clases de yoga, en todos los niveles, dedican tiempo a la relajación. Una vez que el cuerpo y la mente son suficientemente fuertes como para sentarse o tumbarse durante períodos prolongados y sin distracciones, los estudiantes aprenden pranayama (respiración yóguica).
No hay dos clases de yoga iguales: los profesores eligen las asanas de los diferentes grupos para enfatizar los diferentes aspectos de la práctica.
El yoga Iyengar se describe como la meditación en acción. La práctica de las posturas de yoga con conciencia tiene un efecto integrador y lleva a armonizar la mente y el cuerpo.